Pues últimamente he estado clavado con la historia de un par de chavas de 20 años que dejan sus respectivos pueblos natales con el fin de buscar su futuro en la gran ciudad. Ambas coinciden en el mismo asiento de tren, comparten el mismo nombre, y hasta cierto punto comparten un vínculo que ellas desconocen hasta más adelante. Una de ellas es la típica girly girl, segunda de tres hijas de un matrimonio feliz de esos que nunca tienen problemas; una chica femenina, algo infantil, enamoradiza, algo fatua (dígase de las personas engreídas o soberbias, ¿cómo ven la palabra dominguera de hoy?) y con un deseo de complacer a quienes la rodean que algunos llamarían método para llamar la atención, pero en su caso es simplemente buen corazón. Parte del pueblo bananero donde vive (nótese que digo bananero despectivamente por lo pequeño y provincial, no porque haya plátanos) para ir alcanzar a su mejor amiga del bachillerato y a su novio, los cuales estudian en la capital en una escuela de arte desde un año antes de que la historia se ponga en curso. Con el dinero que lleva ahorrado de diversos trabajos decide dejar su hogar para estar con su novio pero más tarde se dará cuenta que desea hacerla en grande por sí misma y quitarse el estigma de niña consentida que carga consigo.
La otra chica viene un pueblo costero donde nieva todo el año, abandonada por su madre a corta edad se crió con su abuela, con la que nunca tuvo buena relación hasta el día de su muerte. Quedándose sola en el bachillerato se vuelve una joven solitaria cuya actitud rebelde la vuelve el blanco del rechazo de los jóvenes "normales", de todos excepto de uno, el hijo de los dueños de una posada para los vacacionistas de temporada, el cual se vuelve su mejor amigo y la presenta con los dos miembros de su nueva banda de punk donde es guitarrista, un par de jóvenes mayores a ambos: un baterista de actitud relajada, siempre con la cabeza totalmente rapada y con lentes oscuros; y un excepcional bajista del cual la chica se enamora y con quien desarrolla un vínculo especial e indescriptible. Al descubrir el gran talento como vocalista que tiene esta muchacha surge una banda llamada Black Stones, la cual se vuelve un éxito en su pueblo natal, al punto que llama la atención del grupo de rock pop más exitoso del momento, el cual invita al novio de nuestra heroína a volverse el guitarrista de fijo. El sueño de la joven pareciese desvanecerse, pero ella se promete a sí misma, hacer de los Black Stones la mejor banda demostrándole a su novio el error que cometió al abandonarlos, y pasado un año de la partida de este, ella se dirige a la capital solo con su guitarra y algunos cambios de ropa.
Unidas por el destino en el tren, vuelven a encontrarse cuando buscan departamento y deciden vivir juntas, lo que las lleva a formar un vínculo de amistad que será puesto a prueba en buenos y malos momentos a lo largo de la historia. Interesante historia no?
Ai Yazawa es una galardonada escritora de manga, obviamente japonesa, y lo que les acabo de describir es su obra más reconocida: Nana. Si tienen oportunidad léanla. Sí es una historia dirigida a niñas, pero igual me chute hasta el último puto episodio de Candy, igual he leído novelas de Danielle Steele, igual me hace chillar Mujercitas cuando Beth (Claire Danes) se muere, en fin sí me gustan esas cosas para niñas. Me preocuparé el día que comience a disfrutar Sex & the City, a hacer pilates y espere los días de margaritas en los bares que frecuento. Mientras seguiré leyendo Nana y golpeando al que no le parezca igual que hace He-Man.
Buena vibra mis queridos lectores.
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