Hamster Huey and the Gooey Klabooie

Saludos mortales, es un gusto saludarlos desde mi palacio celeste una noche de sábado-madrugada de domingo, para traerles un poco de sabiduría urbana contemporánea. [La verdad no, preferiría estar en alguna fiesta o echando el rol con mis nakamas, pero lamentablemente estoy aquí, así que me chingo y tendré que contarle algo] Pues el tema del que les quiero hablar es de Crepúsculo, la nueva novela Best Seller, y próximamente película para fin de año. La neta me da asco. Por qué? Se preguntaran no? Pues porque la neta el género vampírico ya esta mas prostituido que las damas que se paran en Sullivan allá en el DF. He discutido siempre con mis amigos que los vampiros tienen su coolness, no lo puedo negar, eso de la inmortalidad, los instintos de depredador natural, el hecho de que nunca hay vampiros feos, al menos no en las películas, y lo explícitamente sexual que conlleva todo eso de beber la sangre de la víctima, cosa que las novelas de Anne Rice han popularizado de forma magistral. Pareciera que son la mamada, pero bueno, ya saben lo que sigue no? El pero que le voy a poner. Qué pedo le veo a los vampiros se preguntaran?

Pues para empezar que el género vampírico ha engendrado una cantidad impresionante de fantoches que se sienten el príncipe de la oscuridad pero ni a presidente de su asociación de colonos llegan. Chamacos que se visten de negro, se mandan a hacer sus colmillos de resina, escuchan música gótica, y se andan cortando. NOTICIA DE ULTIMA HORA: Hacer esas mamadas no los hace seres inmortales que beben sangre, los hace emos con colmillos falsos. Están en todo su derecho, de eso que no quede duda, pero no le quita lo fantoche. Cabe hacer mención que nada que ver con el lifestyle gótico [porque luego me van a andar echando pedo que confundo, mezclo las cosas o madres así], que tiene su ideología bastante bien cimentada desde su aparición por ahí de los 80, y si bien están inspirados por la moda victoriana, lo macabro y un neo-romanticismo, no se sienten pinche Drácula reencarnado. Volviendo a los vampiros fantoches, cuando me los he topado, son en general una bola de weyes desadaptados que los durmió un fulano que jugó Vampiro: La Mascarada [un juego de rol medio basado en la onda que planteo Anne Rice con sus novelas], y que se fusiló toda la onda de los clanes, las jerarquías, y n a la milésima potencia de costumbres y modos de ser de los vampiros. Si nadie conociera Dragon Ball, y yo le contara a unos chavitos que en realidad soy de una raza de hombres chango, que anda conquistando mundos, con tal de sentirse incluidos probablemente me creerían y los pondría a buscar las pinches esferas del dragón. En este caso siempre hay un wey que sabe más de algo, que se trata de dormir a los demás aprovechando su ignorancia. Eso no es bueno, y nada más espanta a la gente y le da de que hablar a los medios sensacionalistas. Como pasó con la controversia de los emos hace unos meses, siempre hay posers que salen como expertos en los temas que se tratan, pero en realidad no tienen ni puta idea de lo que hablan. Pero si alguien no está informado obvio va a creerle todo lo que diga cualquier hijo de vecina.

Los wampiros no son una invención reciente, en el folklore existen desde tiempos ancestrales, en todas las culturas, en todos los rincones del mundo. Pero eso no implica que existieran. De huevos que existieran, también los dragones existen en todas las culturas, pero acepten la realidad: son personajes ficticios. Al contrario de lo que piensa la mayoría, Drácula de Bram Stoker, no fue el descubrimiento del hilo negro. Varney el Vampiro de James Malcolm Rymer, y Carmilla de Sheridan Le Fanu, ya existían antes que el escocés nos revelara las andanzas del Conde Drácula y Van Helsing. Del mismo modo los chupasangre han aparecido en incontables películas y series de televisión, series, cómics. Carajo hasta Emmanuelle, sí la de las películas semi porno del Golden, ha tenido sus encuentros con los niños de la noche. Tienen un misticismo intrínseco que llama la atención, pero para mí, sus ondas medio gay, esa mamada de que no pueden aguantar la luz del sol, y su necesidad de andarse lamentando por ser inmortales les quitan cualquier appeal que pudiese hacerlos mis monstruos de elección. Para mí los hombres lobos son más chidos. Igual son onda cogelones, no tienen pedo de salir de día o de noche, y esta cabrón que les rompan la madre, porque a los vampiros, rompes cualquier pinche silla y ya tienes con que estacarlos, pero quiero ver que un hijo de la chingada ande derritiendo pinches Onzas Troy con la crisis económica que estamos viviendo, o su medalla de San Pascualito que le dieron en su primera comunión, para hacer balas y darte en la madre. Eso y levantarse encuerado en un lugar desconocido sin saber que pedo pasó. Sé de cabrones que se gastan una lanisima en mota, coca y heroína para acabar así y se exponen a una sobredosis, mientras que a los hombres lobo les pasa gratis y no pasa de un venado muerto o un malviviente, ya cuando se comen a una persona inocente pues mal pedo, pero de por sí, con tanto secuestro, pinches sectas de narcosatánicos, o hijos de la chingada que andan suelto, que te coma un hombre lobo pues no suena tan mal. Pues si les gustan los vampiros chútense estos libros de Crepúsculo, [que se me hacen extremadamente trillados, pero en fin eso es lo que vende hoy en día] vean la película, y háganse sus chaquetas pensando que les va a chupar la sangre una vampira rete mami o un vampiro estilo Brad Pitt. Si se clavan con el género pues averigüen, porque hay mucho, cine, libros, comics y arte que vale la pena. Pero por favor no se sientan pinche Deacon Frost [el malo de la primera de Blade] porque ni a Chiquidrácula llegan y lo único que les va a chupar la sangre es un mosquito o una garrapata. Buena Vibra y ahí les va un encanto para los que viajen al norte: Vampiro fronterizo que por las noches volarás, a pesar de tus hechizos, ¡mis nalgas no las tendrás!. Ojalá lo sepan decir en inglés porque el pinche vampiro no es bilingüe.