miércoles, 22 de octubre de 2008

De Coloquios y Guerra.

Qué onda mi querida banda, he aquí su estimadísimo neurótico escritor de la blogosfera reportando desde el frente de batalla. Vengo con muy buen sabor de boca [no tuve sexo oral (tristemente)] después de la enriquecedora experiencia de andar en un Coloquio de Comunicación organizado por la Universidad de las Américas. [Un coloquio de hecho es una conversación entre dos personas, esto fue más bien un congreso, pero el nombre suena mamón, como que más de caché] donde tuve un taller de fotoperiodismo, y asistí a unas conferencias bastante cotorras, por lo menos mas chidas que a las que estoy acostumbrado. Digo una de las últimas que tuve fue la de el papá de una vieja que va a mi universidad, que fue gerente de un Cinepolis, y por momentos nos fue a platicar la hazaña de poner un carrete de película en el proyector nada que ver con un Vicepresidente de Marketing para Universal Music que hoy nos contaba de cómo lanzaron a Control Machete y las estrategias de mercadeo que usan para Molotov y Café Tacuba. Pues como que nada que ver las experiencias pero sienta precedente para lo que espera uno de un congreso de Ciencias de la Comunicación.

Conocí también a una española súper buen pedo, que su meta es volverse fotoperiodista de guerra, estilo Álvaro Ybarra, un fotógrafo cuya existencia desconocía hasta el día de hoy, sin embargo me voy enterando que en el campo del periodismo actual es toda una personalidad tomando fotos en Irak, Colombia, Ruanda siempre al filo del peligro este vasco loco [como todo gran fotógrafo]. Pues mis respetos de mujer, la neta pocos tienen los cojones, [me abstengo de decir huevos en honor a la hermana nación ibérica de donde son este Ybarra y la chamaca en cuestión] de estar tomando fotografías en plena zona de conflicto. En lo personal, pienso que yo no sería capaz. No por miedo a salir lastimado o perder la vida, sino porque de estar en medio de un enfrentamiento armado, yo dejaría mi cámara y tomaría el arma del primer fulano que cayera muerto cerca de mí, y probablemente me sumergiría en la violencia. No soy un héroe, ni mucho menos tengo un deseo de muerte. Solo pienso que me sería difícil estar entre tanta desesperación y no hacer nada, ver a los soldados a los que les tomabas una foto sonriendo cinco minutos antes desparramados en el piso por pisar una mina terrestre, en ese sentido soy un mal fotógrafo, yo no le tomaría fotos a esos soldados sin estar dispuesto a sudar sangre con ellos. Decía Platón: "los únicos que han visto el fin de las guerras son los muertos" pero aun con tantos siglos de por medio nomás no aprendemos.

Volviendo a temas alegres fue bonito estar de regreso en esa universidad tan simpática, ver a las chicas bonitas, estar entre los jardines en un día soleado, convivir con los extranjeros que rondan en ropas típicas fuera del falso patriotismo con el que algunos locales las ostentan; ah que lugar esa UDLA. Hasta me quita lo gruñón andar por allá. Pero no se preocupen, seguro para mañana ya estoy encabronado con el mundo de nuevo.

Como siento que ya me ando extendiendo mucho en cada entrada por hoy aquí la dejamos, nada más les dejo comentado que la siguiente entrada va a tratar de un tema que me llama la atención últimamente. Ser Naco. Yo soy naco… y ustedes? No? Ya veremos. Buena Vibra.

P.D y a petición del Undé Pornstar pondré viejas cachondas y un video cagado.


 


 

1 comentario:

El Sexy dijo...

Chale, que envidia.....

tú sí ves chicas......

y yo.....ps, mis ojos ni sirven ¬¬

Jajaja, oye!!

Nos contó cómo servía las palomitas en Cinepolis!!

:)