Ah l'amour, ese sentimiento embriagante como mezcal barato que nos hace volar como mayates amarrados de la patita, en círculos alrededor de quien tiene el otro extremo del hilo. Pues como diría Don Adal Ramones: No es cierto!
Bueno, no del todo, pues por más que reniegue de ellas no dejan de encantarme, pero tampoco dejan de ser seis veces más complicadas que los hombres. Hay quien dice que no hay que entenderlas, hay que quererlas, yo digo que habría que tenerles miedo… Pero a qué viene todo esto se preguntarán?
Pues ayer fui a apoyar a una amiga que está participando en un certamen del Sol de Puebla, que por cierto se me hace extra cucho, pues a diferencia de cualquier Miss que se digne de ser medio justo, en este no hay un juzgado para elegir a las 10 finalistas, sino que hay periódicos. Mientras más periódico compres mas chance tiene cualquier hija de vecina de ganar. Cualquier feminista radical diría que estos concursos son una forma más del hombre de tratar a la mujer como objeto o animal, a mi gusto es una actividad simpática y sincera, porque igual con jurado o sin jurado los hombres calificamos a las mujeres por estándares de belleza, del 1 al 10 usualmente. Las chicas que están en el rango del 8 al 10 siendo de lo mejor, las del 3 al 1 son de las que el médico las recibió y en vez de darles una nalgada, abofetearon a su madre. Los concursos como Miss Universo permiten al hombre promedio como yo ver a las mujeres más guapas sabiendo que nunca podremos andar con una de esas, pues somos muy feos, muy pobres, o muy patanes. Pero a mi gusto es un espectáculo piadoso, como las ventanas en las celdas de prisión, los que cumplen cadena perpetua tienen solo unas pocas certezas: Que alguien mejor parado en la prisión lo va a apuñalar, que alguien mejor parado en la prisión le va a empujar la caca, y todo lo que ve por esa ventana, solo lo va a poder ver por ahí porque nunca va a salir de la cárcel.
Pero dentro del poco sentido que tiene mi comparación entre Miss Universo y las prisiones empujacaca, me llama la atención como en vez de cerrar filas y marchar juntas hacia la victoria, las chavas se echaban unas miradas de desprecio, asco y como si alguien se hubiera echado un pedo, que eran contestados por indiferencia o comentarios entre las "aliadas" tales como: "mira a esa pinche gata, o sea, como se atreve a ponerse ese vestido, se le ve la celulitis". Al escuchar eso me dieron ganas de vomitar, no por la celulitis, bueno si en parte, pero principalmente por lo desgraciado del comentario.
Espero entiendan que ando con un calenturón y no de la buena calentura, pero me alcanzo a dar cuenta de que escribo incoherencias cada minuto que pasa porque ando medio delirando, pero me queda claro que las mujeres tienen una maldad inherente que los hombres canalizamos yo creo en agarrarnos a madrazos o ver quien mea más lejos. Las mujeres no quieren competir y derrotar a sus adversarios. Ellas quieren destruir a sus rivales, patearlas en el piso, y decirles las palabras más feas e hirientes que se le puedan decir a alguien. Las mujeres atacan para hacer llorar. Cómo no tenerles miedo? Con ese pensamiento, los dejo. Buena Vibra.
3 comentarios:
JAjajajajajaja y después de tanta mentada de madre, terminas con Buena vibra
Jajajaja
pues la mayoria he...digo no todas
¬¬
bueno igual y sí XD jajaja
lo mio lo mio es la chaqueta
jajaja tienes la boca llena de razon yo x eso prefiero juntarme con hombres aunque si tengo un par de amigas inofensivas jeje ;)
Publicar un comentario